ADOSADAS
Esta semana dedicaremos nuestro divertido espacio a una selección de discos de los años sesenta en los que la figura predominante del varón a través de los grupos (bien conjuntos músico-vocales, pachangueros o beats) daba paso a un elemento femenino -siempre en minoría numérica- que buscaba la aportación del color, tal vez de un algo atrayente (y que sólo parecían darlo las minifalderas -más
á la page- o las jaquetonas, más a la antigua usanza) o simplemente por cuestiones mercantilistas (la chica pop era ya una moda que vendía).
No será momento de abordar por el momento los tríos (dos chicos y una chica) salvo en alguna que otra trampa en la que habré incurrido, trampa del todo justificada dado lo raro del material en cuestión. La misma que en los dúos de féminas, pues en tanto gemelas bien podrían ser la misma señorita vista al final de un guateque (pasados de
guisqui cheli).
Espero, de todas formas, que pese al aluvión de melenas que les esperan sepan distinguir los sexos de los figurantes. Sino no hacemos nada.

Conjunto formado por cinco chicos y una chica, que grabaron para el sello
Belter unos cuantos singles en la segunda mitad de la década.
Por las mañanitas está entre mis canciones de cabecera tan pronto llegan los veranos. Estilo
Los Mismos.

Típico conjunto músico-vocal de principios de los sesenta. O sea, habituales de salas de fiestas y terrazas para turistas y con repertorio de lo más variopinto (español, moderno, sudamericano). La inclusión de voces femeninas era inevitable. Y ellos tuvieron a dos de armas tomar. Empezamos por
Claudia, de físico difícil, tirando a bravía, a la que se le notaba que lo pop no era lo suyo, pero que aún asi hizo carrera en solitario (y con números bastante apreciables de Guijarro y Algueró). Su
Locomotion está muy bien.

Desconozco de que provincia son
Los Delfines. He aqui una trampa, pues no era mi intención sacar
menáges á trois aún hoy. Pero como casi nadie los ha escuchado (ni en sus tiempos ni menos hoy en día) aqui se los ofrezco. Españoleo con ínfulas pop (pero sólo en esas guitarras). Y es que cómo engañaba la portada....

Los discos
Sesion son puritito ye yé bizarro (junto a los de
Novola, of course).
El Duo Inter es como una respuesta sietemesina a las imbatibles gemelas Pili y Mili. Aunque estas son más sosasinas, por más que se acompañen de esos cuatro panolis chalequeados. Es posible que sacasen más discos de corte más
in. Desde luego, este no es para llevar a ningún guateque culterano. Sin embargo
Angelita Caracoles daría que hablar... Yo he bailado eso y les juro por mi madre que está tuillida que no se me cayeron los anillos.

Los Finder's eran un poco caos. Surgieron de la escisión de algunos de los miembros de Alex y Los Findes. De hecho, en el primer disco en Belter de
The Finder's estaba hasta Alex. Pero eso no nos atañe ahora. Lo importante es que en éste en concreto la que se pegó a los mersey beats catalanes fue la tal
Jezabel. Cuatro canciones dedicadas al ritmo del
Giro, de corta vida pues provocaba mareos espantosos en las playas (bajadas de tensión, básicamente). Pero con todo y con más, se forjaron un verdadero clásico del ye yé nativo.
Julia fue la otra vocalista principal del conjunto de Quique Roca. Cuando los dejó Claudia entró ella que tiene más culto entre los entendidos y asociaciones de fans nostálgicos que la otra. Y es que grabó el
Sukiyaki y, como dice mi amigo Manolo el de Toledo, ESO son palabras mayores.
Los Lord's eran un grupo balear que también incluyeron de forma esporádica a una chica en sus filas. La tal es posible que se llamase Ita, aunque ahora tengo serias dudas. Sea como fuere, la "despeinada" de turno era de la escuela gritona de una Mila o una Albertina Cortés. Hay que escucharla en el tema de Nino Ferrer
Oh!Hé!Hein!Bon! para comprobar con espanto cómo se puede malograr hasta el final una horrible grabación de apenas dos minutos.

¿La vén, no?. Parte superior, extremo izquierda. La formidable
Madalena Iglesias va disfrazada de azafata de vuelo. Rodean a la lisboeta los grandísimos De La Torre (cuando aún eran cuatro). El
Vuelo 502 lo habían ya grabado a su aire belteriano, pero ahora con ella ganó en esplendor, se lo aseguro. Madalena venía del mundo radiofónico, pero su estrella relució también mucho en el firmamento eurovisivo, donde representaría a su país con el inmortal
El y ella.

Otros insulares que se arrejuntaron en este disco con la
Giovanna de la que apenas sé nada: si estaba casada, si aún era mocita... si le gustaba Lennon o era más de McCartney. En fin, nada de nada. Este disco vale poco: festivalero, exaltación de lo mallorquin, atracción del turismo.

Supongo que los amantes de las gafudas se sentirán estimulados por esta beldad anónima, flor de un disco que al menos valió para que la casa
Discophon les firmase a los mozos un contrato. Pero el contrato sólo abarcó este single. Puñetera imágen. Los valencianos siguieron buscándose la vida sin grabaciones ni chicas como hasta entonces habían hecho; o sea, currándose los pueblos de la comarca llegados los calores, fallas y fiestas patronales.

Grupo circunstancial formado por alguno de los miembros de los inmarchitables
Los 4 Brujos y que capitaneaba Joaquin Laria. El nombre de
Quando's les venía del baile que habían inventado la temporada anterior (el
Quando), una tonteria como cualquier otra pero que daría para un fabuloso
Bisuterias dedicado a los bailes castizos. La chica del grupo se llamaba artísticamente Sandra pero en el DNI figuraba como Emilita Cámara (no sé si parienta de la
Escala en Hi Fi, Gloria Cámara). En el acordeón, Ricardo Ceratto. Este Ep es muy bueno.

Otra laguna, aunque mejor habría que decir otro desierto en esto del pop español. No tengo datos de
Los Sayonaras. Y mira que la portada es cojonuda. Pero no sólo la portada, el disco en sí nos depara una gran sorpresa para todos los
francegallmaníacos. Y es que
Esta melodía era la adaptación española del
Cetair-lá de la ingenua perversa (R. Gall-Alain Goraguer). Ahora recuerdo que también había un grupo de chicos con chica que grabarían por el mismo año (1967) el
Baby Pop de la francesita:
Los Pekes.
Los Caminantes registraban su material en
Discophon. Canciones de todo tipo. Eran dos chicos y una chica. Ellos se llamaban Rudy y Arnau, pero la chica habitual no era esta
Sylvia, tan jaca jerezana ella, sino Encarnita (de la que también tengo cosas, pero que no os presento ninguna porque prefiero que veáis esta rareza. Además que ese
Twist de los gitanos es droga pura. Los comienzos del flamenco pop, desde luego. Pensemos que estamos en 1962).
Espigas y amapolas es la del Escobar. Y
La Muchacha es la otra sorpresa del disquillo. Una pocholada, en la línea de las mejores canciones recoletas de ese período que desgranaban primorosamente
Los Cinco latinos.
Marquesa Anchart es un icono gay para Manolo el de Toledo y para mí. Durante muchos años parecía como si sólo nos perteneciera a nosotros. El hecho de que una cantante se hiciese llamar Marquesa nos ponía igual que motos. De hecho era un fetiche privado, reclamarla diciendo su nombre en alto era como un conjuro. Hasta la creíamos aristocrática, por sus portadas donde
Los Tico-Tico le rendían pleitesía cual Sissi emperatriz de un imaginario Estado. Luego nos enteramos que la señora en cuestión era argentina y que había hecho mucho cine ínfimo en su tierra, normalmente musical- humorístico y nunca en calidad de primera figura. Los Anchart, sí. No importó. Con esta orquestina típica de salas de fiestas mantuvo su aureola de sofisticación y, de paso, nuestro rendido aplauso al atreverse a grabar twists sabrosones y bastante histéricos.